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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Reflexiones sobre la vida: (Segunda entrega)


 

B) LA VIDA ES UN DON

Por un lado, mi vida me pertenece, puesto que constituye, el contenido real e histórico de mí ser. Yo puedo disfrutarla, gozar de todos los momentos que me da y podré tomar decisiones que se marcaran en mi historia, como las acciones que voluntaria o involuntariamente vaya realizando a través del tiempo. También sufriré las consecuencias de mis errores.

Pero por otro lado, esa vida no me pertenece, no es estrictamente hablando, mía, puesto que su contenido viene producido y causado por algo ajeno a mi voluntad. Ni yo ni nadie pedimos nacer, la vida es algo que el individuo recibe sin que él haga nada, ni siquiera para merecerla. Se nos da la vida sin ninguna intervención nuestra. Por eso la vida es un don.

Nosotros como persona humana, a través de la historia hemos estado escudriñando y filosofando sobre el misterio de la vida, con diversas teorías. La Sagrada Escritura pone de manifiesto que el autor de la vida es   Dios, que inspiró en el rostro del hombre un soplo de vida (Gén. 2, 7); de ahí que solamente Dios sea dueño de la vida y de la muerte. (Dt. 32, 39).

MR